Depredación y contaminación, las pandemias que sufren los océanos

Cada vez que llenamos nuestros pulmones, más de la mitad del oxígeno que nos da vida, proviene del Océano; así de importante es para nuestro Planeta. Estemos en la cima de un cerro a mil kilómetros del mar, o en la pampa, el océano se respira a cada minuto. Más del 70% de la superficie del planeta ´Tierra´ es azul y salada.

Los océanos regulan el clima planetario, generan algo más de la mitad del oxígeno, absorben grandes cantidades de CO2 amortiguando el impacto del Cambio Climático, albergan la mayor biodiversidad, y es fuente de alimento y sustento para millones, y si somos justos, son también inspiración y recreo para toda la humanidad. Si el océano colapsa, colapsa la vida en la Tierra.

La pesca INDNR (ilegal, no declarada y no reglamentada) está acabando con el medio ambiente acuático, donde actualmente se ven claros signos de sobreexplotación de importantes poblaciones de peces, modificaciones de ecosistemas que representan una amenaza para la sostenibilidad de la pesca y su contribución al suministro de alimentos.  Desafortunadamente, el porcentaje de poblaciones de peces que se encuentran dentro de los niveles biológicamente sostenibles ha disminuido del 90 por ciento en 1974 al 65,8 por ciento en 2017 . En el caso de Chile, el estado de las principales pesquerías emitido por el Subsecretaría de Pesca y Acuicultura el año 2019, muestra que de las 27 pesquerías analizadas, existen 13 que se encuentran sobreexplotadas y 5 agotadas o colapsadas.

Por otra parte, los cultivos de salmones y sus impactos medioambientales ha acaparado la atención de las discusiones en el último tiempo. La industria salmonera, ubicada principalmente en el sur del país, está ansiosa por ampliarse hacia otras regiones. Pero las intensiones de la industria no han tenido buena recepción entre la población. Según explica un informe elaborado por Fundación Terram, tanto el alimento no ingerido así como las fecas del que sí fue ingerido por los salmones, se acumula en el fondo provocando un agotamiento del oxígeno en el agua. Fenómeno conocido como eutrofización y que hace inviable la existencia de la mayoría de las especies que previamente formaban el ecosistema. Con las aguas eutrofizadas, las jaulas de salmones deben buscar otros lugares donde instalarse avanzando en el territorio.

Chile ha dado pasos importantes en eliminar el uso de plástico en el diario vivir de las personas, pues hace dos años  se  promulgó la Ley 21.100  que prohíbe la entrega de bolsas plásticas de comercio en todo el territorio nacional, y hace uno meses atrás,  el Congreso Nacional aprobó la Ley que castiga la utilización de plástico de un solo uso, sin duda, un hito que va por el camino correcto.

Pero, ¿Qué datos tenemos de lo que pasa en Chile con el micro plástico?

En este sentido, se ha documentado que existen cinco remolinos o islas de basura, distribuidos en distintos puntos. Se estima que el del Pacifico Sur contiene 1000ton, equivalente a 2,500g/km2.

A nivel local y tras diversos proyectos de investigación en playas a lo largo del territorio nacional, se han identificado que los residuos más abundantes corresponden a plásticos y colillas de cigarro. 

Chile produce 1,25kg/día por habitante de residuos, considerándose uno de los países que más genera basura a nivel sudamericano. El problema radica en que el 60% de los residuos que se generan en tierra desembocan al mar, arrastrados por las lluvias y los afluentes de ríos.

Lo anterior, genera una intoxicación en la red trófica marina, pues se ha descubierto que  los micro plásticos tiene una capacidad de acumulación de toxinas, que son incorporadas a su estructura de manera acumulativa, para  luego ser ingeridos por organismos primarios que a su vez son alimentos de otros secundarios, llegando así, a lo más alto de la cadena y por ende,  a nuestra mesa.

No hay dudas de que el micro plástico está afectando a ejemplares de fauna y avifauna marina, los cuales se alimentan de estos polímeros generado estrangulamiento, intoxicaciones, bloqueo del tracto digestivo, falsa saciedad y lesiones y/o perforación de órganos internos, resultando en un impacto letal o subletal sobre los individuos.

El problema del plástico de un solo uso es bastante grande y que podemos percibir en dos grandes impactos distintos. Uno, es el problema de los macroplásticos, que son todos los plásticos visibles, las bolsas de supermercado, envoltorios, botellas, todo lo que podemos ver, las redes de pesca que quedan a la deriva.

Todos estos macroplásticos cuando llegan al océano pueden alterar la vida marina enredando a la fauna. Hemos visto imágenes de algún lobo marino con el anillo de plástico en el cuello, o tortugas marinas enredadas en redes, porque estos plásticos quedan flotando o deambulando a media agua y no se ven, sin embargo van atrapando a diferentes especies y las van enredando.

También sucede que muchas especies se pueden comer estos plásticos. Un caso muy emblemático de aquello son las tortugas marinas, y en Chile tenemos tortugas marinas que también se han visto afectadas por este problema, por ejemplo cuando comen algo y no lo pueden regurgitar por la forma de esófago, porque están hechos para que ingrese el alimento y después ellos puedan escupir el agua y el alimento queda retenido. Entonces están hechas para retener el alimento.

La contaminación de los océanos, que alcanza hasta la última gota de mar, tiene su cara más visible en la aparición cada vez más frecuente de la fauna marina muerta por ingestión o estrangulamiento por plásticos descartados. Su cara invisible es el consumo de microplásticos que estamos haciendo los humanos a través de la cadena alimentaria, cuyos riesgos sobre la salud, aún están poco estudiados. 

Entre el 60% y el 90% de la basura marina proviene de polímeros de plástico descartados, cuya presencia se ha detectado desde el Ártico hasta la Antártida, incluyendo los lugares más remotos como la Fosa de las Marianas. El origen de la basura presente en los mares, es en su mayor parte (80%) de origen terrestre, es decir derivada de la mala gestión de los residuos y aguas residuales en ciudades.

Los esfuerzos para mejorar la gestión de residuos y las políticas de prevención en la generación, no están a la par del crecimiento en la producción, consumo y descarte, principalmente de envases de un solo uso. Actualmente a escala global, reciclamos menos del 20% de lo producido, mientras se vierten 9 millones de toneladas métricas de plástico por año a los océanos.

Para poder conservar y proteger el espacio marino, debemos observar el mar, desde nuestras costas. La superficie marina alcanza el total del territorio chileno. Entendiendo su vastedad y riqueza, encontraremos razones más que suficientes para delinear políticas más que urgentes, ya sea en términos de control de la pesca pirata y/o de gestión y prevención de residuos.

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